La socialización o sociabilización, educación y la iniciación al adiestramiento del cachorro son de
extrema importancia.
Podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que es la etapa más crítica e importante para su
posterior desarrollo como perro. Es la fase en la que todo es un aprendizaje continuo, retos a
nuevas experiencias, integración en la sociedad, relación con otros perros y otras mascotas.
Aunque es un concepto que cada vez está siendo más considerado por las familias que deciden
compartir sus vidas con un perro, normalmente se ha dado menos importancia a la socialización
de este, frente a su educación y/o adiestramiento. La correcta socialización ayuda a desarrollar la
seguridad del perro, y esta evita muchos problemas que se ven cada día en el mundo canino.
Para conseguir un perro adulto dúctil y equilibrado, es básico que al cachorro se le exponga a la
mayor cantidad de estímulos y entornos posibles. Estímulos físicos, ambientales y sociales deben
ser una constante durante la fase de desarrollo sensitivo del cachorro. Su personalidad y
comportamiento tendrá mucho que deberle a la socialización que reciba.
La variedad en la exposición a estímulos ha de darse desde las primeras semanas de vida hasta
los 4 meses, más o menos. Posteriormente, y a modo de refuerzo de todas estas situaciones,
debemos seguir manteniendo estas prácticas hasta el año de vida aproximadamente. Ya con esa
edad el perro habrá llegado a su madurez social.
Construir las pautas del buen comportamiento, la correcta socialización o sociabilización del perro
en todo tipo de ambientes y ante todo tipo de estímulos, es básico para su vida y por tanto para la
tuya.
Iniciaremos su entrenamiento dirigido a conseguir un perro equilibrado, con un comportamiento
adecuado y potenciando su seguridad.
Puedes estar seguro que evitaremos, de esa forma, gran cantidad de problemas potenciales en el
futuro.